martes, 15 de julio de 2025


 

 Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile, en la víspera de tu solemnidad llegamos al final de esta novena agradecidos de tu intercesión y colmados de anhelos y esperanzas, que hemos puesto bajo tu manto maternal. Madre del Carmelo, haz que nunca nos apartemos de tu Hijo, Jesús y que el Espíritu nos conceda todo aquello que no somos capaces de pedir para el bien nuestro y de los demás, según la voluntad de Dios.


¡Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, salva a tu pueblo que clama a Ti!

Oración Virgen del Carmen

 Oración a la Santísima Virgen del Carmen

(Monseñor Ramón Ángel Jara)

¡Oh Virgen Santísima del Carmen!
llenos de la más tierna confianza,
como hijos que acuden al corazón de su Madre,

nosotros venimos a implorar una vez más
los tesoros de misericordia que con tanta solicitud
nos habéis siempre dispensado.
Reconocemos humildemente
que uno de los mayores beneficios
que Dios ha concedido a nuestra Patria
ha sido señalaros a Vos
por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina.

Por eso a Vos clamamos
en todos nuestros peligros y necesidades
seguros de ser benignamente escuchados.

Vos sois la Madre de la Divina Gracia,
conservad puras nuestras almas;
sois la torre poderosa de David,
defended el honor y la libertad de nuestra Nación;
sois el refugio de los pecadores,
tronchad las cadenas de los esclavos
del error y del vicio;
sois el consuelo de los afligidos,
socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos;
sois el auxilio de los cristianos,
conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia,
en especial a sus obispos, sacerdotes y religiosos.
Desde el trono de vuestra gloria atended a
nuestras súplicas;
¡Oh Madre del Carmelo!
abrid vuestro manto y cubrid con él a esta
República de Chile,
de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa.
Os pedimos el acierto para los magistrados,
legisladores y jueces;
paz y piedad para los matrimonios y familias;
el santo temor de Dios para los maestros;
la inocencia para los niños;
y para la juventud, una cristiana educación.

Apartad de nuestras ciudades
los terremotos, incendios y epidemias;
alejad de nuestros mares las tormentas,
y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed Vos el escudo de nuestros guerreros,
el faro de nuestros marinos
y el amparo de los ausentes y viajeros.
Sed el remedio de los enfermos,
la fortaleza de las almas atribuladas,
la protectora especial de los moribundos
y la redentora de las almas del Purgatorio.

¡Oídnos, pues, Reina y Madre Clementísima!
y haced que viviendo unidos en la vida
por la confesión de una misma fe
y la práctica de un mismo amor al
Corazón Divino de Jesús,
podamos ser trasladados de esta patria terrenal
a la patria inmortal del cielo,
en que os alabaremos y bendeciremos
por los siglos de los siglos. Amén.

Virgen del Carmen, Reina de Chile,
Salva a tu pueblo que clama a Ti.


 

Nuestra Señora del Carmen

 ¿Quién es la Virgen del Carmen?

La Virgen del Carmen es una advocación de la Virgen María, y su origen se remonta al Monte Carmelo en Israel, lugar sagrado donde el profeta Elías invocó a Dios. Los ermitaños que vivían en el monte, inspirados por Elías, se dedicaron a la vida religiosa y la llamaron "Santísima Virgen del Monte Carmelo", que luego derivó en "Virgen del Carmen". 
¿Por qué se celebra el 16 de julio?
La festividad del 16 de julio conmemora la aparición de la Virgen del Carmen a San Simón Stock en 1251, donde le entregó el Escapulario del Carmen, un símbolo importante en la tradición carmelita. 
En resumen: La Virgen del Carmen es una figura religiosa muy importante, especialmente en el ámbito marítimo y en países como España y Chile, donde es considerada patrona y se celebra su festividad con gran devoción el 16 de julio. 

sábado, 28 de junio de 2025

 Te doy lo que tengo: en el nombre de Jesús, levántate y camina.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10

 

En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada “la Hermosa”, para pedir limosna a los que entraban. 

Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar en el Templo, les pidió una limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: “Míranos”. El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo. Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina”. Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios.

Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo llamada “la Hermosa”, y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido.

Palabra de Dios

 SALMO RESPONSORIAL 18, 2-5

R/. Resuena su eco por toda la tierra.


 El cielo proclama la gloria de Dios

y el firmamento anuncia la obra de sus manos;

un día transmite al otro este mensaje

y las noches se van dando la noticia. R/.


 Sin hablar, sin pronunciar palabras, 

sin que se escuche su voz, 

resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, 

hasta los confines del mundo. R/.

 SEGUNDA LECTURA

Dios me eligió desde el vientre de mi madre.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 1, 11-20

 

Quiero que sepan, hermanos, que la Buena Noticia que les prediqué no es cosa de los hombres, porque yo no la recibí ni aprendí de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. Pero cuando Dios, que me eligió desde el vientre de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco.

Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor. En esto que les escribo, Dios es testigo de que no miento.

Palabra de Dios

San Pedro y San Pablo

 EVANGELIO

Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 15-19

 

Habiéndose aparecido Jesús resucitado a sus discípulos, después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le respondió: “Sí, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.

Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. 

Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”. De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: “Sígueme”.

Palabra del Señor

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