viernes, 26 de abril de 2024

Lecturas Domingo 28 de abril

 Primera lectura: Lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

Saulo les contó cómo había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y cómo en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén, predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.

La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. Palabra de Dios

 

Salmo Sal. 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32

 

R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan:

viva su corazón por siempre. R.

 

Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe;

en su presencia se postrarán

las familias de los pueblos.

Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,

ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R.

 

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

todo lo que hizo el Señor. R.

 

Segunda lectura: Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 3, 18-24

Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.

En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo.

Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Y cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó.

Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. Palabra de Dios

 

 

 

Lectura del santo Evangelio según San Juan 15, 1-8

 

«Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en mí, la corta. Y toda rama que da fruto, la limpia para que dé más fruto.

Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he anunciado, pero permanezcan en mí como yo en ustedes. Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.

Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí, no pueden hacer nada.

El que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman.

Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán.

Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos. Palabra del Señor


 

viernes, 19 de abril de 2024

Lecturas Domingo 21 de abril

 PRIMERA LECTURA

No existe otro Nombre por el cual podamos salvarnos.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   4, 8-12

En aquellos días:

Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue sanado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el Nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos.

Él es la piedra que ustedes, los constructores han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque, en ningún otro existe la salvación, ni hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos”.

SALMO RESPONSORIAL   117, 1. 8-9. 21-23. 26. 28-29

R/. Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.

Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. ¡Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor!

SEGUNDA LECTURA

Veremos a Dios tal cual es.

Lectura de la primera carta de san Juan   3, 1-2

Queridos hermanos: 

¡Miren cómo nos amó el Padre!

Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente.

Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a Él.

Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, lo que seremos no se ha manifestado todavía.

Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 10, 14

Aleluya.

Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

El buen Pastor da su vida por las ovejas.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 10, 11-18

Jesús dijo:

Yo soy el buen Pastor.

El buen Pastor da su vida por las ovejas. 

El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa.

Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.

Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí, -como el Padre me conoce a mí y Yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor.

El Padre me ama porque Yo doy mi vida para recobrarla.

Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo.

Tengo el poder de darla y de recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre.

sábado, 6 de abril de 2024

Lecturas Domingo 07 de abril

 PRIMERA LECTURA

Un solo corazón y una sola alma.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35

La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.

Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima.

Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. 

SALMO RESPONSORIAL   117, 2-4. 16-18. 22-24

R/. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!

Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor!

La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.

SEGUNDA LECTURA

El que ha nacido de Dios vence al mundo.

Lectura de la primera carta de san Juan 5, 1-6

Queridos hermanos:

El que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama también al que ha nacido de Él.

La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.

El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga, porque el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo vino por el agua y por la sangre; no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu da testimonio porque el Espíritu es la verdad.


EVANGELIO

Ocho días más tarde, apareció Jesús.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 19-31

Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: ¡La paz esté con ustedes!

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo:

¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes.

Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:

Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan.

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor!

Él les respondió: Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré.

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo:

¡La paz esté con ustedes!

Luego dijo a Tomás: Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe.

Tomás respondió: ¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo:

Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!

Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.

sábado, 30 de marzo de 2024

Pascua de Resurrección

Evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

viernes, 22 de marzo de 2024


 


 

Domingo de Ramos 24 de Marzo

 Marcos 15:1-39

1Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.2Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»3Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas.4Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.»5Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.6Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran.7Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato.8Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder.9Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?»10(Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.)11Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás.12Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?»13La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!»14Pilato les decía: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza: «Crucifícale!»15Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.16Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte.17Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen.18Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!»19Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él.20Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle.21Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz.22Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.23Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó.24Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.25Era la hora tercia cuando le crucificaron.26Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»27Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda.29Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días,30¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!»31Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse.32¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También le injuriaban los que con él estaban crucificados.33Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.34A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», - que quiere decir - «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»35Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías.»36Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.»37Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.38Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo.39Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»

viernes, 15 de marzo de 2024


 

Evangelio Domingo 17 de Marzo

Evangelio Juan 12:20-33

Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús.» Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre.

En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.

El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.

Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.

Ahora mi alma está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!

Padre, glorifica tu Nombre.» Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.»

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.»

Jesús respondió: «No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.

Y yo cuando sea levando de la tierra, atraeré a todos hacia mí.»

Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.


viernes, 8 de marzo de 2024


 

Evangelio Domingo 10 de Marzo

 EVANGELIO (según san Juan 3, 14-21)

Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por Él.

Dijo Jesús:

De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna.

Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas.

En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios.

importante

Lecturas Domingo 28 de abril

  Primera lectura: Lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31 En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con lo...